Tal financiación supera la versión 2022-2023, lanzada por el exmandatario Jair Bolsonaro.
Según el portal Poder360, el programa resulta además un guiño al poderoso sector rural que no es tan simpático con el exdirigente obrero y anduvo de la mano con Bolsonaro en su gestión (2019-2022).
Al participar en la ceremonia de anuncio del plan, Lula afirmó estar seguro de que, cada año, hará planes mejores que los anteriores.
«Se engañan aquellos que piensan que el Gobierno piensa ideológicamente cuando va a tratar el Plan Zafra. Se engañan aquellos que piensan que el Gobierno va a hacer más o menos porque tiene problemas o no con el agronegocio brasileño», aclaró.
Insistió en que «la cabeza de un gobierno responsable no actúa así. La cabeza de un gobierno responsable no tiene la pequeñez de estar insultando e insuflando el odio entre las personas. Este país solo funcionará si todos ganan», remarcó.
En su discurso, el jefe de Estado también aseveró que el país está dejando los intereses personales por los colectivos.
«Aquí no hay niños. Todo el mundo aquí es adulto y sabe lo que pasó en este país. Este país no tiene aptitud para el autoritarismo. Este país no tiene aptitud para volver a tener dictadura», destacó.
Quien quiera implantar dictadura vaya para otro lugar. «En este país, hemos aprendido a amar la democracia. Y la democracia es la convivencia en la diversidad», refirió.
Para Lula, «estamos obligados a respetarnos. Estamos obligados a tratarnos de la manera más civilizada».
Asimismo, el extornero mecánico adelantó que el país tiene 30 millones de hectáreas de tierras degradadas que el Gobierno se plantea recuperar para colaborar con el combate al cambio climático, sin dañar a la naturaleza.
«Ningún ciudadano tiene derecho, en nombre de las madereras o de los agricultores, a cortar un árbol que tiene 300 años de existencia y que fue un regalo para toda la humanidad», advirtió.
De acuerdo con el Ministerio de Agricultura y Ganadería, el nuevo Plan Zafra tiene como objetivo estimular la producción sostenible de alimentos y la agropecuaria con baja emisión de carbono.
La mayor parte del monto debe ser destinada para sufrago y comercialización, y una parcela menor debe ser destinada para inversiones.
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