Durante esta jornada la peregrinación se efectuó bajo un intenso calor y los participantes caminaron a Mina, cerca de La Meca, con temperaturas que superan los 45 grados Celsius.
La lapidación del diablo es el inicio de la fiesta del Eid al-Ada o celebración del Sacrificio, que conmemora la disposición de Abraham de matar a su hijo.
Más de 1,8 millones de peregrinos, en su mayoría del exterior, participaron en la celebración, aunque no fue mayor que la cifra del 2019, superior a los dos millones de personas.
Observadores políticos recuerdan que esta celebración es una fuente de prestigio e ingresos para Arabia Saudita, que intenta diversificar su economía dependiente del petróleo con otras actividades, como el turismo.
Algunas de estas celebraciones han dejado un alto número de víctimas, cuando ocurren estampidas en la inmensa multitud asistente, como la del 2015 que dejó unos dos mil 300 muertos o la de 2006, que causó más de 350 víctimas fatales. También ocurrieron estampidas en 2004, 1998 y 1994.
A partir del 2015 el sitio fue remodelado con un puente de varios niveles para permitir el acceso seguro de los peregrinos y tratar de evitar que ocurran sucesos similares.
Según se informó, unos 32 mil especialistas de salud, entre médicos y asistentes están movilizados para atender a quienes puedan padecer golpes de calor o alguna anomalía, y hay un servicio gratuito de distribución de agua. oda/fvt