La ceremonia en la que participaron representantes de organizaciones campesinas, la ministra de Agricultura Jhenifer Mojica y el presidente de país, Gustavo Petro, tuvo lugar en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá.
Petro, invitó al movimiento campesino a que se manifieste pacíficamente a favor de la defensa de sus derechos, como base para la construcción de una paz con justicia social.
«Los invito a desatar un movimiento nacional campesino, porque si no hay fuerza no se nos escucha. Y los invito a que demos estos pasos toda la sociedad colombiana hacia salir definitivamente del marasmo de la violencia y comenzar una era de paz», expresó Petro.
Aseguró que es indispensable la presencia del campesino en toda su contundencia a nivel nacional porque “hay que luchar por la reforma agraria” y “acelerarla”.
Petro alertó que la sociedad colombiana no logrará disminuir la desigualdad social -una de las más altas del planeta- si no logra cambiar la tenencia de la tierra.
«No se puede hablar de disminuir la desigualdad social sin cambiar la tenencia de la tierra si el campesinado no tiene más tierra fértil y, por tanto, más ingresos (…) No me imagino cómo se puede volver realidad un Acuerdo Nacional si todavía estamos pensando en que el campesinado debe vivir en páramos y selvas y no en la tierra fértil», añadió.
El jefe de Estado exhortó a los miembros del movimiento campesino a reclamar con voz fuerte el cumplimiento de sus derechos.
«Si no hay fuerza no se nos escucha, la fuerza pacífica de la movilización es fundamental y los invito a que demos estos pasos; toda la sociedad colombiana hacia salir definitivamente del marasmo de la violencia, y comenzar una era de paz», puntualizó.
El pasado 13 de junio, la plenaria de la Cámara de Representantes del Congreso de Colombia aprobó el proyecto de acto legislativo que reconoce a los campesinos del país como sujetos de derechos y de especial protección.
El artículo 64 de la Constitución Política reconoce explícitamente que el campesinado es sujeto de derechos y de especial protección y además que es sujeto político.
Con esa iniciativa, se saldará una deuda con los campesinos de esta nación suramericana, que habían reclamado ese reconocimiento desde la promulgación la Constitución del 1991.
La reforma corrige esa exclusión histórica y por eso su aprobación fue celebrada ese día por representantes del movimiento campesino que acudieron al Congreso desde diferentes partes del país.
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