La Asociación de Pizzerías Unidas (Apubra) divulgó que el país produce y vende en promedio 1,7 millones de la provisión por día.
Aunque es uno de los comestibles más amados por los brasileños, datos recientes apuntan una encarnada lucha de los dueños de pizzerías para mantener el plato accesible ante la inflación de los ingredientes tradicionales.
Historiadores aseguran que hace muchos años, los inmigrantes italianos trajeron la pizza a Brasil, donde actualmente existen cerca de 112 mil de establecimientos activos para vender la torta elaborada con masa de pan sobre la que se pone tomate, queso y otros ingredientes.
Además, el estado de Sao Paulo es responsable por el consumo de más de la mitad de los 1,7 millones de pizzas por jornada y más del 28 por ciento de las pizzerías quedan en su territorio.
El estudio muestra que, en el mundo, los paulistas consumen menos ese plato que los neoyorquinos y datos de la Sao Paulo Convention and Visitors Bureau muestran que los residentes pueden llegar a consumir 700 pizzas por minuto.
Todo este amor también se refleja en la economía. Una encuesta realizada por la institución HelloSafe revela que Brasil tiene la 35 pizza más cara del mundo.
La organización realizó el estudio comparando los valores de una pizza media en 54 países. Las más baratas aparecen en Sudáfrica (4,60 dólares), Pakistán (4,70) y Honduras (5,02). El valor promedio del plato en Brasil es de 9,2 dólares.
El estudio de Apubra destaca asimismo que casi el 95 por ciento de las pizzerías en la nación sudamericana son consideradas micro empresas, o sea, pequeño negocio.
Los especialistas aseguran que el consumo de pizza en general trae un sentimiento de acogida, pues la mayoría de las veces ocurre en reuniones con familia y amigos para compartir una ronda.
Por lo anterior, Brasil dedica un día solo para ella y la fecha fue instituida en 1985 después de un concurso ideado por el entonces secretario de Turismo de Sao Paulo Carlos Luiz de Carvalho.
En esa época, el evento eligió las 10 mejores recetas paulistas, pero la celebración no paró en Sao Paulo y luego todo el país adoptó la conmemoración informalmente.
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