Ximena Moya, gerente de la Fundación para la Transferencia Tecnológica de la Universidad de Chile, destacó la importancia de la relación entre la investigación especializada y el desarrollo de las tecnologías emergentes del litio.
“Como país, dijo, hemos hecho una dura curva de aprendizaje en el salitre y la minería del cobre y ahora existe la oportunidad de consolidar las nuevas industrias que vayan más allá del principio extractivo”.
En el mismo sentido se pronunció Carlos Castro, del Departamento de Ingeniería Industrial de esa casa de altos estudios, quien hizo hincapié en el potencial del también llamado “oro blanco” para contribuir al bienestar del país.
Señaló el especialista que ya no se trata nada más de conseguir beneficios económicos a corto plazo, sino de establecer una estrategia destinada a promover un desarrollo sostenible y beneficiar a toda la sociedad en su conjunto y no sólo a un determinado sector.
Un estudio publicado este jueves en la página de internet del medio La Visión Noticias, en la Región de Coquimbo, resalta la posición privilegiada de Chile ante la demanda mundial de ese metal blando y la importancia de la reciente creación del Instituto Nacional del Litio.
El objetivo principal de este centro, asegura el texto, es establecer una metodología sólida y una visión clara del trabajo público a favor del bienestar de la sociedad.
Dante Choque, investigador y especialista en pueblos y territorio indígena, puntualizó que el crecimiento económico no puede ser ajeno a las preocupaciones sociales y ambientales.
El desafío es encontrar un equilibrio entre los beneficios de este mineral y la preservación del medio ambiente, con la participación activa de las comunidades originarias. La importancia de la explotación del litio quedó clara en recientes declaraciones del ministro chileno de Hacienda, Mario Marcel, quien dijo que los ingresos fiscales de esta actividad compensarán la caída de la recaudación de impuestos y de la baja del aporte del cobre.
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