Varias iniciativas destinadas a apoyar a personas que en el pasado no gozaban de prioridades para establecer sus negocios, descubrió esa asociación, no se han utilizado por completo, a pesar de las crecientes oportunidades en el sector de los metales preciosos.
El acceso a la financiación y los mercados se identifican como los principales desafíos que dificultan la activación de esas licencias, y ahondan el desempleo, que a nivel nacional supera el 30 por ciento, según estadísticas oficiales.
De acuerdo con el gerente de Makwe Fund, empresa especializada en gestión de fondos, Makwe Masilela, a pesar de los problemas económicos globales, las piezas de joyería de alta gama siguen teniendo demanda.
Esa industria a nivel mundial, sostuvo, está valorada entre 250 y 300 mil millones de dólares, y se espera que supere los 500 mil millones en los próximos cinco años.
Al mismo tiempo, dijo, los diseñadores sudafricanos están ganando reconocimiento con asociaciones que promocionan sus productos tanto a nivel local como internacional.
Por otra parte, en Sudáfrica crece la preocupación por el aumento en las actividades de los mineros ilegales, conocidos como Zama-Zamas (término zulú que significa “aquellos que prueban suerte”) aprovechando el alza en los precios del oro.
Se estima que las operaciones ilegales de extracción de oro resultan en la pérdida de hasta el cinco por ciento de la producción anual nacional de ese metal.
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