Una semana atrás fuerzas del orden y manifestantes chocaron aquí y en otras localidades, incluida la ciudad portuaria de Mombasa, segunda en importancia del país, con saldo de nueve muertos y decenas de heridos.
El líder de Azimio la Umoja (Partido Coalición Una Kenya, en lengua suahili), Raila Odinga, declaró la guerra al gobierno del presidente William Ruto, al que acusa de robarle la presidencia en los comicios de agosto pasado y exhortó a protestar contra la inflación.
En esta ocasión las protestas deben extenderse tres días a partir de hoy a pesar de que las autoridades denegaron la autorización requerida para reuniones de ese tipo.
Llamamos a los kenianos a recuperar su país antes de que esta dictadura pueda echar raíces firmes, afirmó el veterano político en un comunicación a principios de semana.
De su parte, el gobierno afirma que las protestas opositoras no son más que una amenaza a la seguridad nacional.
La tensión es patente en las vacías calles calles de esta capital, por lo general abarrotadas de peatones y de vehículos en un día laboral, donde además varios comercios optaron por mantener cerradas sus puertas en previsión de saqueos y daños en sus locales durante los choques entre manifestantes y policías.
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