De acuerdo con el ministro de Economía y Finanzas (MEF), Héctor Alexander, ya se emitieron bonos por 700 millones de dólares, como parte de una programación financiera anual que asciende a una suma entre cuatro mil 200 millones y cuatro mil 300 millones de dólares.
Los fondos que se obtengan de las emisiones serán utilizados como parte de las necesidades financieras del Gobierno, según dijo Alexander.
También explicó que los fondos que se captan del mercado de capitales, así como los que se obtienen de operaciones de préstamos con organismos internacionales forman parte del flujo de caja del Gobierno y se van utilizando durante el año con un doble objetivo: cubrir vencimientos de deuda que deben ser refinanciados y el gasto público que no se cubre con los ingresos corrientes.
Para este año, dijo, se espera que los ingresos corrientes sean suficientes para cubrir los gastos, de manera que el déficit fiscal se utilizaría para financiar inversiones.
En los años de la pandemia de Covid-19, según agregó, la sustancial caída de ingresos provocada por la paralización de la economía, hizo que los ingresos corrientes no cubrieran los gastos, y por lo tanto hubo que contratar deuda para pagar gasto operativo del Gobierno.
Para este año, según el presupuesto general del Estado, se proyecta un déficit fiscal del sector público no financiero cercano a los dos mil 200 millones.
Según el analista Ramiro Guerra, el desenfreno del endeudamiento en el país canalero raya en lo patológico,
En su más reciente artículo en El Periódico de Panamá, Guerra sostuvo que el Ejecutivo está obligado a informar el uso y destino que se le dará a esos dineros y cuestionó presupuestos inflados, poco desarrollo y baja inversión extranjera.
La escalada del endeudamiento la relacionó con la mala gestión económica de la actual administración y, más grave aún, afirmó, cuando son los trabajadores y sectores medios, que cargan sobre su espalda el grueso de la recaudación fiscal.
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