Hasta la mañana de este lunes los sismólogos registraban 225 réplicas, de ellas 50 perceptibles para los humanos, mientras la gente, acostumbrada a los que llaman movimientos de hamacas, parece imperturbable por la contrariedad aunque algunos se alarman.
Las autoridades a casi una semana del terremoto de 6.8 grados en la escala Richter que llevó a algunos a abandonar sus hogares, mantienen el monitoreo de este fenómeno y la alerta ante cualquier contingencia.
Tras la sacudida del martes a las 6:22 (hora local) de la tarde con epicentro en la zona costera del departamento de Usulután (oriente). Se mantienen las replicas que oscilaron entre 3.5 y 5.4. La víspera, según Medio Ambiente, ocurrió una réplica de 5.1 al inicio de la tarde pero muchos no la sintieron.
Al igual que el fenómeno inicial algunas sacudidas se sienten en todo el territorio nacional y en países vecinos, según los informes, y mientras tanto El Salvador hace honor a su designación como el “país de las hamacas” por los frecuentes movimientos de la tierra.
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