Después de una búsqueda de cinco días, los bomberos encontraron el cuerpo de la novena y última víctima del estallido, identificada como Wicken Celestin, un refugiado haitiano de 55 años.
Celestin laboraba en un túnel que pasaba por debajo del almacén destruido por la detonación y sobre el que cayó parte de los granos almacenados en el depósito.
Además de esta última víctima, la explosión mató a ocho personas, uno era empleado de la cooperativa agrícola C.Vale y los otros subcontratados del Sindicato de los Trabajadores en el Movimiento de Mercancías, que prestaban servicios para la compañía. De los nueve fallecidos, ocho eran haitianos.
«Todos los inmuebles presentaron pequeños daños, sin gravedad que exija una gran movilización. (… ) C.Vale está empeñada en resarcir los daños y prestar asistencia a las víctimas», afirmó el secretario de administración del municipio, Lucas Pedron.
El caso está siendo investigado por la Policía Civil y el Ministerio Público del Trabajo.
Durante una entrevista con el portal G1, el delegado de la Policía Civil Rodrigo Batista precisó que la investigación analiza las condiciones de trabajo de los obreros.
«Ya tenemos una línea de investigación, especialmente en relación con la calificación y capacitación de estos empleados. Reconocemos que es un trabajo con riesgos, por lo tanto, las normas deben ser rigurosamente seguidas», afirmó Batista.
La cooperativa opera en Paraná, Santa Catarina, Mato Grosso, Mato Grosso do Sul, Rio Grande do Sul y Paraguay.
Es considerada la quinta mayor del agronegocio en la región sur de Brasil en ventas y la segunda de Paraná.
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