“La actual escasez de energía afectó gravemente la disponibilidad de los servicios esenciales, en particular los de salud, agua y saneamiento”, lamentó la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en su página web.
Además, subrayó, socavó la frágil economía del enclave costero, en particular los sectores manufacturero y agrícola.
En un gráfico, OCHA destacó que como promedio en lo que va de año el territorio tiene apenas 14 horas con electricidad diarias, y aunque baja, supera los datos de 2022 y 2021, cuando se reportaron 12 y 13, respectivamente.
Sin embargo, aclaró que el pasado mes, en medio de una ola de calor, los habitantes del territorio solo contaron con 11 horas de luz al día.
La pasada semana la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (Unrwa) advirtió que la franja de Gaza podría enfrentar una hambruna en los próximos meses por la crisis financiera que sufre la entidad.
Un millón 200 mil refugiados en el enclave costero reciben regularmente ayuda alimentaria de la agencia, indicó Adnan Abu Hasna, vocero de la Unrwa.
Necesitamos de forma urgente 70 millones de dólares para comprar alimentos para la franja y otros 30 millones con destino a los refugiados palestinos que viven en el Líbano y en Siria, apuntó.
Israel mantiene bloqueada la franja desde 2007, cuando llegó al poder allí el Movimiento de Resistencia Islámica.
Según datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, el costo acumulado del bloqueo israelí a Gaza y de las restricciones económicas totalizaron 16 mil 700 millones de dólares de 2007 a 2018, una cifra equivalente a seis veces el Producto Interno Bruto del enclave.
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