En declaraciones divulgadas este viernes en el sitio digital informativo Quotidiano Nazionale, Mattei señaló además que con esta medida, “Italia se encamina hacia el desmantelamiento de los derechos sociales”, y apuntó que “es falso afirmar que basta con levantarse del sofá para conseguir un trabajo”
La actual política gubernamental está dirigida a poner fin a las prestaciones de miles de familias y personas consideradas aptas para trabajar, en cumplimiento de una de las promesas de campaña de la coalición de derecha que asumió las riendas del país a fines de 2022, integrada por los partidos Hermanos de Italia, La Liga y Forza Italia.
En tal sentido, según destaca ese medio noticioso, unas 169 mil familias italianas recibieron a finales de julio un mensaje de texto en el que se les notificaba que “las prestaciones, de las que habían disfrutado durante los últimos cuatro años se suprimirían bruscamente al mes siguiente”.
Ese subsidió mensual para familias y personas con bajos ingresos y desempleados, implementado desde 2019 durante el mandato del primer ministro Giuseppe Conte, del izquierdista Movimiento Cinco Estrellas (M5S), se retirará inicialmente a todas las familias que no incluyan a una persona discapacitada, un menor o una persona mayor de 65 años En relación con esta medida, la líder del opositor Partido Democrático (PD), Elly Schlein, expresó que “el gobierno ha optado por hacer la guerra a los pobres en lugar de hacer la guerra a la pobreza”.
La ministra de Trabajo, Marina Calderone, defendió ante los senadores la decisión, y manifestó que “no renunciamos a entender el trabajo como el verdadero remedio a la pobreza”.
Calderone argumentó que quienes dejen de recibir la renta y estén en condiciones de trabajar podrán acceder a una plataforma con “servicios de orientación, ofertas de trabajo y programas formativos” para insertarlos en el mercado laboral.
En cambio, Mattei citó datos estadísticos según los cuales el desempleo, en particular en el sur de esta nación, es del 14,0 por ciento y entre los jóvenes llega a los 30,0 puntos porcentuales, y planteó que el referido subsidio “salvó a un millón de personas de la pobreza absoluta, y al desmantelarlo, tendremos el doble de pobres».
Conte, por su parte, acusó al actual gobierno de causar un “desastre social”, al interrumpir ese apoyo económico de entre 500 y 600 euros por familia, destinado a “los sectores de la población más necesitados”.
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