Bautizada como IV reunión de los presidentes de los Estados Partes en el Tratado de Cooperación Amazónica, la cita en Belém, capital de Pará, cuenta con la participación de los ocho países firmantes del instrumento (Brasil, Bolivia, Colombia, Guyana, Ecuador, Perú, Surinam y Venezuela).
Además, asisten representantes de naciones invitadas y de entidades internacionales, incluida la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA).
El encuentro presidencial fue precedido por los Diálogos Amazónicos (del 4 al 6 de agosto), cuya programación sumó más de 300 eventos de la sociedad civil.
Los resultados de las discusiones serán presentados a los jefes de Estado o de Gobierno de los países amazónicos, en iniciativa que promueve la participación social en el segmento de más alto nivel de la cumbre.
Como parte del foro, la víspera se realizó el encuentro de ministros de Relaciones Exteriores y de Medio Ambiente, como evento preparatorio de la convocatoria presidencial.
El canciller brasileño, Mauro Vieira, precisó que al final de la cumbre, los territorios amazónicos adoptarán la llamada Declaración de Belém que establece una nueva agenda común de cooperación regional en favor del desarrollo sostenible de la selva.
Tal posición que concilie con la protección del bioma y de la cuenca hidrográfica, la inclusión social, el fomento de la ciencia, tecnología e innovación, estímulo a la economía local y valorización de los pueblos indígenas y sus conocimientos ancestrales.
Otro de los objetivos del encuentro, que se extenderá hasta mañana, es fortalecer la OTCA para que tenga la condición de apoyar a las naciones de la región en la realización de las iniciativas y proyectos necesarios para el desarrollo sostenible de la zona.
La cumbre busca que los países amazónicos consoliden una posición unificada sobre la preservación del bioma para presentarla en la próxima cumbre mundial del clima (COP28), prevista para realizarse en noviembre en los Emiratos Árabes Unidos.
Según Vieira, desde su primer día, el Gobierno de Lula actúa decisivamente para revertir el desastre humanitario provocado en los últimos años por el avance de la minería ilegal en territorio indígena Yanomami.
Refirió que con la reunión «queremos reactivar los canales de diálogo» y «a través de la cooperación, podamos encontrar juntos soluciones a nuestros desafíos comunes».
Con sus siete millones de kilómetros cuadrados, la Amazonia es el área de mayor biodiversidad del planeta y la principal reserva hídrica del orbe. Habitan en el pulmón del mundo cerca de 50 millones de personas y están asentadas más de 400 etnias originarias.
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