El director de esa área del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), Jorge Grande, aclaró que serán 18 meses de adaptación para implementarla, pero a partir del cercano día 11 quedará la separación de orgánicos e inorgánicos.
El gerente de Asociación Nacional de Municipalidades (ANAM), Herson López, afirmó, por su parte, que aproximadamente 100 de las alcaldías de esas demarcaciones ya están adaptándose al cambio, aunque sin precisar cuáles.
El MARN conformó un equipo técnico para mediante un recorrido por todo el país socializar el Reglamento 164-2021, reformulado por el Acuerdo 184-2023, acción a ejecutar tras la toma de posesión de los alcaldes electos en enero de 2024.
Esta cartera se vio obligada días atrás a instalar tres mesas de diálogo para abordar reclamos en torno al tema, con la participación de altos cargos de Educación y Salud.
Además, invitó a la Comisión Presidencial de Asuntos Municipales, sindicatos de recolectores, la Asociación Nacional de Municipalidades, nueve de estas demarcaciones y la autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y del Lago de Amatitlán.
Muchas de estas descartaron antes en declaraciones públicas contar actualmente con las herramientas y recursos necesarios para impulsar de manera efectiva la iniciativa en el plazo previsto.
El sindicato de recolectores de basura comunicó, puntualmente, que, si comenzaba a implementarse la norma el 11 de agosto, ellos irían a Paro Nacional debido a que no fueron tomados en cuenta para su realización.
El Acuerdo Gubernativo 164-2021 se elaboró para derogar otro reglamento que prohibía el uso de plásticos, pajillas, botellas pet o duroport de un solo uso y durante sus dos primeros años solo establecía separar orgánicos e inorgánicos.
En el tercer año fijaba la clasificación secundaria obligatoria, que incluirá papel y cartón, vidrio, plástico, metal, multicapa y otros materiales.
Un guatemalteco promedio, de poco más de 17 millones, genera alrededor de 218 kilogramos de basura, sumadas las estimaciones de las municipalidades, sin que exista un manejo integral, por lo que los desechos son arrastrados hacia los ríos y lagos.
Aunque hay alivio por un lado con la extensión del acuerdo, analistas precisan que este territorio está cerca de ser demandado en una corte internacional por el exceso de desechos que lleva el río Motagua a una playa de Honduras.
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