Esta es una donación de fondos propios que no solo va dirigida a las poblaciones migrantes sino a las comunidades de acogida, explicó el Representante a.i. del BID en Costa Rica Francisco Javier Urra.
Desde Casa Presidencial, luego del Consejo de Gobierno, el funcionario destacó que el aumento de los flujos migratorios y solicitudes de refugio representa un desafío para Costa Rica, país que tiene una amplia tradición inclusiva como receptor.
Para las autoridades costarricenses, el donativo está dirigido a fortalecer las capacidades institucionales de la Dirección General de Migración y Extranjería para atender estos grupos con el objetivo de promover la inclusión socioeconómica y así reducir sus niveles de vulnerabilidad y exposición a delitos y violencia.
Desde hace varios días llegan a diario a Paso Canoas, en el sur costarricense, unos dos mil migrantes, hecho que condujo a más medidas de control y seguridad en esa localidad fronteriza con Panamá.
Allí quedan varados debido al costo del transporte que los conduce desde esta nación centroamericana a la frontera con Nicaragua, que asciende a 30 dólares por persona, incluidos los menores de edad.
Por tales motivos, el Gobierno prometió aumentar la cantidad de viajes en ómnibus para su movilización de forma segura y rápida sin permanecer mucho tiempo en Costa Rica.
Muchos de los migrantes alegan no contar con la cantidad de dinero necesario, sobre todo quienes se trasladan en familia, y se quedan por varios días en Paso Canoas hasta acumular la suma.
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