Preciado acusó que ya está definido que Xóchitl Gálvez sea la ganadora de la contienda para definir la candidatura presidencial de la oposición, lo cual obligó a los líderes del PAN, Marko Cortés; y del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno, a salir a la palestra a desmentirlo.
Cortés consideró que el proceso está “blindado y cuidado”, mientras que Moreno atribuyó las denuncias de Preciado a que tenía “pocas simpatías” o firmas.
Pero esa no es la acusación más importante que hizo el decepcionado panista.
Lo peor es que aseguró en conferencia de prensa que “es claro que los dirigentes de los partidos quieren que sea Xóchitl (la candidata única del Frente), pero además quieren que pierda, porque sólo les interesa ver cuántos plurinominales van a meter en la Cámara de Diputados”.
“Ese es el punto; yo no sé si los tengan amarrados con algunas denuncias jurídicas o penales a los dirigentes”, afirmó.
La acusación, de ser verdad, es muy grave pues, al menos lo que se interpreta de la afirmación de Preciado es que los tres partidos que integran el Frente Amplio aceptan la posibilidad de que se abra paso la tesis de que ningún candidato de la oposición logrará por sí mismo más votos que cualquiera que salga de los seis precandidatos de Juntos Hacemos Historia.
Estos seis son Claudia Sheinbaum, ex jefa de Gobierno de Ciudad de México; Marcelo Ebrard, excanciller; Adán Augusto López, exsecretario de Gobernación; Ricardo Monreal senador, y exjefe de la Junta de Coordinación Política; Gerardo Hernández, destacado y polémico diputado del Partido del Trabajo; y Manuel Velasco, del Partido Verde de México.
Tal especulación lleva a otra más radical: que tanto los líderes políticos como empresarios detrás del Frente tienen muchas dudas de que Xóchitl logre una victoria.
Por ello, paralelamente, desarrollan un fuerte trabajo para impedir que la coalición encabezada por Morena pueda lograr la mayoría calificada en el Congreso, e impedir que en un nuevo Gobierno, la Cuarta Transformación prosiga los cambios iniciados por Andrés Manuel López Obrador.
La idea que prevaleció entre los dirigentes del PAN y el PRI, y los empresarios que los apoyan como Claudio X González, fue que la única aspirante que podría darles más batalla es Xóchitl, quien encabezó una comisión indigenista y su antecedente de que salió de la pobreza y se hizo multimillonaria.
La presentan como un paradigma y persona de verbo duro y popular, pero esas fortalezas encierran también sus principales debilidades.
Se le cuestiona el origen de su riqueza, que surge y se eleva durante su mandato en la alcaldía de la ciudad de Miguel Hidalgo, del cual vienen los contratos para sus numerosas empresas y de su familia, como demostró con pruebas documentales el exalcalde de dicha demarcación Víctor Romo.
Y también se le critica su lenguaje chabacano, de poca altura, impropio para una persona que aspira al más alto cargo de una nación y ser vista como una estadista.
Preciado aseguró que hay un acuerdo entre el PAN, PRI y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) para que sean tres panistas, dos priistas y un perredista quienes pasen a la segunda etapa del proceso, lo que demuestra que es una farsa.
Consideró que Marko Cortés, dirigente nacional del PAN, debería renunciar, porque ha perdido 23 gubernaturas y habló del verdadero objetivo de los dirigentes partidistas de oposición.
Pero al interior de la alianza, según se desprende de las revelaciones de Preciado, hay mucha resistencia también en torno a la escogencia de Xóchitl, la cual no comparten, sobre todo veteranos políticos de gran trayectoria como Berta Paredes, Santiago Creel y otros más, que no pierden su interés de ser elegidos, aunque al parecer no será posible.
Ya los coordinadores del Frente están organizando el staff de una “misión ciudadana” integrada por 26 personas escogidas, para avalar el proceso de escogencia y garantizar que no es una farsa como han denunciado todos los que se bajaron de la larga lita de precandidatos.
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