Ese incremento está por debajo comparativamente con aquellos individuos con un marcado hábito de ingerir bebidas alcohólicas, pero nunca inferior a los que no toman ningún tipo de licor.
Lo más impresionante de este estudio es que en adultos sin hipertensión declarada la presión arterial puede aumentar de forma más pronunciada a lo largo de los años a medida que toman más cócteles a diario.
No existen pruebas de efectos beneficiosos en los adultos que bebían un nivel bajo de alcohol en comparación con los que no lo hacían, resalta la fuente.
No cabe duda de que el alcohol no es el único causante del aumento de la presión arterial, aunque los resultados confirman que contribuye de forma significativa.
Los expertos aconsejan limitar el consumo de alcohol, y evitarlo es aún mejor, enfatiza el artículo de la revista.
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