En el sector femenil, por ejemplo, quién se atreve a buscar la mejor entre Paola Longoria, la raquetbolista que fue la número uno del mundo por 11 años consecutivos e invicta de 2011 a 2014.
O a Lorena Ochoa, la mejor golfista mexicana con el récord de permanecer más tiempo (158 semanas) como la número uno del ranking, o su compatriota la taekwondista María del Rosario Espinoza, máxima ganadora de medallas olímpicas, y a partir de allí una lista estelar con la velocista Ana Gabriela Guevara, Soraya Jiménez, Aida Román, Paola Espinosa, y muchas más.
En el departamento varonil Rafael Márquez, Vinicio Castilla, Eduardo Nájera, Beto Ávila, Iván Contreras, los hermanos Rodríguez, Raúl Ramírez, Gustavo Ayón y muchos más que colocan a México entre los países que acumulan más glorias en todas las disciplinas deportivas.
Por tanto, a la hora de seleccionar uno, no queda otra alternativa que ir a las estadísticas y comparar números, y en ese ejercicio el que marca la pauta es un futbolista quien, con solo mencionar su nombre, todos los amantes del deporte rey van a concordar que las discrepancias son mínimas. Hablamos de Hugo Sánchez, con su peculiar estilo, sus famosas chilenas y sus 562 goles en su carrera senior, tanto para clubes extranjeros como para el país en 956 partidos.
HUGO SÁNCHEZ, GOLEADOR PROLÍFICO POR EXCELENCIA
Como de casta le viene al galgo Hugo, nacido el 11 de julio de 1958 en Ciudad de México, heredó la fortaleza de sus piernas de su padre de igual nombre y futbolista destacado en su época, y a esa cualidad física unió su viva inteligencia y su disposición a la gimnasia y el atletismo para aplicarlas en el campo al patear la bola o empujarla hasta llevarla cerca del arco y disparar.
Siempre jugó como delantero-centro y en su área fue muy difícil superar sus espectaculares remates y voleas y por ello, entre sus vistosas filigranas surgidas aparentemente al calor del partido, pero en realidad resultado de su entrenamiento y juego creativo, fue ampliamente considerado en su vida activa como el mejor futbolista mexicano de todos los tiempos.
En 1999, la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol lo votó como el vigésimo sexto mejor futbolista del siglo XX y el mejor de la región CONCACAF.
Pero no se detuvo allí y siguió escalando la cumbre del éxito y el reconocimiento. En 2004, Sánchez fue incluido en la lista FIFA de los 100 mejores jugadores vivos del mundo. Es todavía el quinto máximo goleador en la historia de La Liga, el cuarto jugador extranjero más goleador tras Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y Karim Benzema, y el séptimo máximo goleador de la historia del Real Madrid, del cual se hizo imprescindible.
SUS COMIENZOS
Sánchez comenzó su carrera jugando para el Club Universidad Nacional en 1976, y gracias a su buen desempeño y aun siendo un bisoño en ese deporte, los evaluadores del San Diego Sockers de la North American Soccer League lo solicitaron a préstamo en 1979, donde se destacó y llamó la atención de otros que vieron en él un gran prospecto.
El agraciado joven jugó para la selección nacional en los Juegos Olímpicos de Verano de 1976 y con menos de 17 años ya había disputado más de 80 partidos internacionales cuando fue fichado como juvenil por los Pumas de la UNAM, donde completó la carrera de odontología. Más tarde, ese mismo año, la universidad logró ganar su primer campeonato en la Primera División. Dos años más tarde, se convirtió en el máximo goleador de la liga con 26 goles.
Después de su corta aventura con los San Diego Sockers, jugó en la NASL durante el verano y en la liga mexicana durante el otoño, invierno y primavera. Las cinco temporadas de Sánchez con la UNAM fueron los años dorados del equipo y muy importantes para él pues anotó 104 goles en 200 apariciones.
En 1980–81, su última temporada con el club, ganaron su segundo campeonato de liga, una Copa de Campeones CONCACAF y una Copa Interamericana. Ya en esa época todo el mundo lo conocía como El Niño de Oro por sus actuaciones estelares en los torneos de Toulon y el Juvenil de Cannes de 1975.
ESPAÑA, UN GRAN IMÁN DE ATRACCIÓN
El desempeño tan destacado en sus últimas apariciones en el club de la UNAM lo llevó a fijar la mirada en España, para él una de las mecas del fútbol y se mudó para la península en 1981 para jugar en el Atlético de Madrid y aunque estuvo sirviendo a los Colchoneros durante cuatro años, su rendimiento no estuvo a la altura de su meta de llegar a ser el mejor de todos los tiempos, y finalmente decidió mudarse a los rivales del otro lado de la ciudad, el Real Madrid, y convirtió al Bernabéu en su casa, donde confiesa que pasó los mejores años de su vida en activo.
Con el Atlético de Madrid admite que le tomó un tiempo encontrar su lugar en La Liga. Solo registró 20 apariciones en la competición y anotó ocho goles en su primera temporada, pero en la de 1984-1985 ya estaba anotando regularmente con un equipo que ganó la Copa del Rey , terminó segundo en la liga y ganó la Supercopa de España . Ese año, recuerda él mismo, ganó su primer trofeo Pichichi por ser el goleador más prolífico de la liga, con 26 goles.
Pero ya no esperó más y el 15 de julio de 1985 fichó por el Real Madrid y cumplió así su gran sueño porque amaba al equipo merengue. Cuenta que hubo que hacer una triquiñuela para que la renuencia del Atlético no enojara a su base de fanáticos por un trato directo con su peor adversario, el Real, y fue transferido a la UNAM en su país de origen el 4 de julio antes de ser asimilado por el Real Madrid, de manera que la firma del contrato no se llevó a cabo en España, sino en México, en un banco de la capital. Pero ya antes de los 15 días estaba de regreso en la urbe española y el 19 de julio pateaba la pelota ante 50 mil aficionados en el estadio Santiago Bernabéu con la camiseta merengue.
Estaba feliz porque formaba parte de la famosa Quinta del Buitre con los intocables Emilio Butragueño, Manuel Sanchís, Martín Vázquez, Míchel y Miguel Pardeza, y aunque no era parte de esa cohorte se sintió y desempeñó como si lo fuera. Con su nuevo equipo se destacó desde que puso los pies en el terreno. Ganó cinco títulos de liga al hilo, de 1985 a 1990, una Copa de la UEFA en 1986 y la Copa del Rey en 1989.
Real Madrid: Jugadores de leyendas – Hugo Sánchez
En cinco años obtuvo cuatro trofeos Pichichi consecutivos, convirtiéndose en el único jugador en la historia del fútbol español en conseguirlo sin compartir el trofeo con ningún otro en ninguna temporada, y fue uno de los cuatro jugadores en ganar cinco Pichichis (los otros son Alfredo Di Stéfano, Quini y Messi (que ha ganado 6), entonces con 208 goles anotados en 283 partidos en todas las competiciones.
Anotó 27 o más goles en cuatro temporadas consecutivas entre 1986 y 1990, incluyendo 38 goles en la 1989-90, empatando el récord de una temporada establecido en 1951 por Telmo Zarra, por lo cual ganó la Bota de Oro Europea al mejor goleador de ese continente. Sorprendentemente, los 38 de estos goles fueron marcados con un solo toque, lo cual rebosó su ya desbordante fama.
Esos récords perduraron mucho tiempo, hasta que Cristiano Ronaldo lo superó después de marcar 40 goles en la temporada 2010-11. En competiciones de Copa de Europa, Sánchez marcó 47 goles en 45 partidos.
LA FAMOSA CHILENA Y EL SEÑOR GOL
Para Hugo Sánchez la fecha inolvidable es el 10 de abril de 1988 cuando, usando la flexibilidad corporal conseguida por sus prácticas de atletismo, logró meter el balón dentro del arco con una impresionante chilena que marcó para siempre su trayectoria y de la cual derivó su sobrenombre El Señor Gol, y otros como los “Hugol”, y las huguinas.
El gol imperecedero lo anotó jugando en un partido contra el Logroñés, y el público que abarrotaba el estado gritaba emocionado que se trató de un señor gol; ¡señor gol!, ¡señor gol!, gritaban a todo dar desde el graderío, y allí quedó estampado ese apodo que todavía lo acompaña cuando se habla o escribe de él.
#35Aniversario
El Gol más bonito del Mundo #SeñorGol #RealMadrid
10 de abril de 1988 pic.twitter.com/w0sPkrh4Wx— Hugo Sánchez (@hugosanchez_9) April 10, 2023
Es uno de los episodios que más recuerda Sánchez porque, como él mismo ha descrito en numerosos vídeos y entrevistas fue, más que una consagración porque ya estaba lograda, el cumplimiento de un sueño desde su infancia, de anotar el mejor gol del mundo vestido de blanco en el césped del Bernabéu.
Para él la fecha del 10 de abril se convirtió en una efeméride particular que todos los años celebra como si fuera un aniversario patrio y siempre hace alguna declaración o un recordatorio para honrar a su padre quien había vaticinado que sería muy grande en el deporte que él también había escogido, y que el sueño de un golazo del que nunca paraba de hablar en toda su niñez y adolescencia, lo realizaría ante decenas de miles de personas, y así fue.
No se cansa de repetir lo que vivió en ese momento en un Santiago Bernabéu abarrotado, y lo cuenta en estos términos:
“El 10 de abril de 1988 ha sido una fecha muy especial para mí, porque ahí pude anotar el gol de mis sueños y ese día va a quedar para la historia; no me olvidaré nunca de ese momento porque desde niño soñaba con meter un gol en un estadio precioso, en este caso fue en el Santiago Bernabéu, vistiendo la camiseta del mejor equipo de todos los tiempos, que es el Real Madrid”.
“Mi padre fue mi inspiración para hacer chilenas de tal tipo porque en algún momento de mi vida lo vi realizar goles así, y me motivó a prepararme arduamente para imitarlo, así que desde mi infancia me planteé el objetivo de hacer un gol así en algún recinto deportivo de importancia”.
También hubo una coincidencia extraordinaria, como en las películas, pues el Pentapichichi -como también le decían- llevaba en la camiseta su número favorito, el 9, y cuando el partido tenía poco tiempo de haber empezado, precisamente al minuto nueve salió su fantástica chilena, con lo cual consideró que era real el significado que para él tenía ese dígito, algo así como el número de la suerte.
La apoteosis fue estremecedora en el gigante Bernabéu cuando la bola voló inalcanzable sobre la cabeza y manos del portero, y sin que pudiera ni tocarla, se estrelló contra la malla como señal al auditorio para que todos, hinchas o no, se pusieran de pie, y a guisa de las corridas de toro, gritaran a coro gigante por varios minutos ¡Hugo, Hugo, Hugo! al tiempo que sacaban pañuelos blancos y agitaban al aire como palomas en vuelo.
Esta frase lo dice todo: «Cuando un jugador marca un gol como ese, se debe suspender el juego y ofrecer una copa de champán a los 80,000 aficionados que lo presenciaron», dijo en ese momento Leo Beenhakker, el exfutbolista de Países Bajos y de mejor palmarés del mundo como entrenador, incluido el Real Madrid.
La anotación, considerada entonces como la más bonita del mundo por la técnica que usó y la manera en la que concretó la anotación, lo sigue siendo todavía, aunque antes y después de ella, sus chilenas fueron el emblema que caracterizó a Hugol, no solo con el Real Madrid sino también con la selección mexicana.
NUNCA ABANDONÓ LA SELECCIÓN MEXICANA
Con esa aureola Sánchez regresó a su México natal en 1992 por una temporada y ganó la Copa de Campeones de CONCACAF con el Club América antes de jugar para una variedad de clubes en España, Austria y Estados Unidos.
Por supuesto, que su militancia en el equipo merengue y en otros, no le impidió vestir la camiseta tricolor de su patria y de 1977 a 1994, fue miembro de la selección nacional con la cual jugó 58 partidos y anotó 29 goles.
Participó en tres torneos de la Copa Mundial de la FIFA y formó parte de la selección de México que llegó a los cuartos de final de la Copa del Mundo de 1986. Famoso por sus celebraciones acrobáticas de gol a lo largo de su carrera de club e internacional, fue el primer exponente notable del backflip (su aplaudida y recordada voltereta hacia atrás), que le enseñó su hermana gimnasta.
Jugó para Dallas Burn en el año inaugural de Major League Soccer y fue uno de los dos futbolistas (el otro, Roy Wegerle), en jugar fútbol al aire libre tanto en la NASL como en la MLS. Terminó su carrera jugando en el Atlético Celaya, junto a Butragueño y Míchel, sus antiguos compañeros del Real Madrid.
Hugo Sánchez se retiró del fútbol español el 29 de mayo de 1997, jugando con el Real Madrid en el Estadio Santiago Bernabéu. Su último partido oficial fue durante las Eliminatorias al Mundial de 1998, donde tocó el balón como símbolo de su retiro.
SÁNCHEZ SIGUE LIGADO AL FÚTBOL
Sánchez se retiró como jugador, pero no del fútbol al cual sigue ligado, con sus altas y bajas naturales. Como técnico no le fue muy bien y tuvo tropiezos, aunque ganó dos campeonatos de liga consecutivos con la UNAM. Luego de dirigir al Necaxa, fue anunciado como entrenador de la selección de fútbol de México en 2006, pero fue despedido en marzo de 2008 por malos resultados. En 2009 fue nombrado técnico del Almería y ayudó a salvar al club del descenso.
Estuvo en ese papel un tiempo más, pero sin mucha suerte, y al día de hoy es un eminente comentarista y narrador de la ESPN en Estados Unidos y México.
yas/lma