El titular de la Organización de Naciones Unidas acogió con beneplácito la noticia al tiempo que reafirmó el compromiso del organismo para completar con éxito este proyecto en un comunicado emitido.
La operación incluyó el vaciado de los 1,14 millones de barriles de petróleo del buque varado frente a la costa de Yemen desde 1988 y en riesgo de descomposición por su falta de mantenimiento desde 2015.
Al respecto, Guterres anunció el apoyo de ONU mediante la entrega de una boya especializada a la que se amarrará de forma segura al buque de reemplazo.
El objetivo de esta transferencia era el de «salvar las aguas, costas y playas del Yemen y de los países de la región de un desastre ambiental inminente», puesto que un vertido de crudo podría afectar a todo el ecosistema del mar Rojo y a millones de personas, de acuerdo con el ministro de Exteriores yemení, Ahmed Awad bin Mubarak.
El derrame de petróleo afectaría a más de 17 millones de personas y su limpieza tendría un costo estimado de 20 mil millones de dólares, según estimaciones del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
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