En una rueda de prensa este viernes desde la ciudad de Guayaquil, el político de la Revolución Ciudadana subrayó que de esa manera la justicia internacional deja sin piso todas y cada una de las supuestas pruebas presentadas.
Afirmó que fue sujeto de “una agresión sistematizada y brutal de la élite y de los poderes fácticos del país” luego de que denunciara la traición del entonces mandatario Lenín Moreno.
Estuve cinco años en la cárcel y ahora no hay pruebas, como sostuve en el juicio exprés que me hicieron para garantizarle a Moreno vía libre para destruir al país, sentenció Glas.
Reiteró que fue un preso político y es un perseguido, como otros de sus compañeros también víctimas del “lawfare”, una persecución judicial y mediática.
Glas anunció que sus abogados determinarán las acciones jurídicas a adoptar en Ecuador luego de la decisión del magistrado Dias Toffoli, del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil.
No tengo previsto pedir indemnización, pero sí tengo el derecho esencial y humano a la honra y buen nombre, manifestó.
Con el nuevo fallo, la condena de la Justicia ecuatoriana contra Glas queda comprometida, pues la sentencia estaba basada en documentos y testimonios entregados por ejecutivos de Odebrecht a los fiscales brasileños y reenviadas al Ministerio Público de Ecuador.
La medida aún necesita ser corroborada por la Justicia ecuatoriana, pero, aunque lo sea, no cambia el hecho de que Glas ya cumplió cinco de los ocho años de la pena de prisión establecida por la sentencia.
El exvicepresidente fue condenado a seis años como autor del delito de asociación ilícita en el caso de corrupción de Odebrecht, y a ocho años por cohecho en el caso Sobornos.
En noviembre de 2022, una medida cautelar facilitó la libertad provisional de Glas, quien debe presentarse una vez por semana ante las autoridades en Guayaquil y tiene prohibida la salida del país.
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