Flavia Torrealba, presidenta del partido político Federación Regionalista Verde Social, dijo que cuidar y conservar la rica, y a la vez frágil, diversidad de especies y ecosistemas que habitan ese lugar es una obligación moral.
A la luz de la emergencia climática de la actualidad no se puede admitir otra opción, agregó.
El Archipiélago de Humboldt está ubicado en el llamado norte chico del país, entre las comunas de La Higuera y Freirina de las regiones de Coquimbo y Atacama, respectivamente, y abarca más de cinco mil kilómetros cuadrados.
Lo forman ocho islas y en ese entorno habitan unas 560 especies marítimas, entre ellas el pingüino de Humboldt actualmente en peligro de extinción, además de delfines, nutrias, lobos marinos y 122 tipos de aves, 68 de peces, corales, esponjas, cangrejos y camarones.
Liesbeth Van der Meer, directora ejecutiva de la organización ambientalista Oceana, dijo que la declaración de área protegida de este archipiélago es uno de los logros ambientales más importantes del último tiempo en Chile.
Señaló que no sólo se logra la preservación de la biodiversidad, sino también se resguardan actividades económicas como la pesca artesanal y el turismo, ambas primordiales en esa zona del país.
Hace más de una década, dijo, se presentó la primera propuesta de área marina protegida para evitar la instalación de proyectos que buscaban ubicarse en ese lugar. Tuvieron que pasar varios gobiernos que evaluaron la petición y finalmente uno decidió concretarla, precisó.
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