El texto de ese organismo destaca la labor de imanes, pastores y sacerdotes para llegar a los más necesitados, porque si bien tres cuartos de los adultos que viven con esa enfermedad tienen tratamiento, sólo la mitad de los niños lo reciben.
Para encontrar a los niños ocultos que viven con el VIH en todo el mundo, hay que encontrar a sus madres, por lo que algunos proyectos innovadores en África incursionan en templos y lugares de congregación y están encontrando a miles de infantes que ahora reciben un tratamiento que puede salvarles la vida.
Todavía hay 1,7 millones de menoes seropositivos en el mundo, y son especialmente vulnerables, afirmó Stuart Kean, autor del estudio conjunto de ONUSIDA y el Plan de Emergencia de Estados Unidos para el Alivio del SIDA, que resume las prácticas prometedoras de las comunidades religiosas africanas para acabar con el VIH infantil y en la adolescencia.
Si nacen con VIH, el 50 por ciento de ellos morirá antes de los dos años, precisó el experto, quien significó que si no mueren y no se les encuentra y se les administra tratamiento, el 80 por ciento fallecerá antes de los cinco años, por lo que es mucho más urgente encontrar a estos niños ocultos.
Este informe muestra lo vital que es el papel de las organizaciones religiosas para ayudar a los niños que viven con el VIH a acceder a un tratamiento que salva vidas, para abogar por el apoyo de sus necesidades y para abordar el estigma”, dijo Jacek Tyszko, asesora principal del Programa de ONUSIDA.
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