También Pedro Briones, líder local de un movimiento fundado por el expresidente Rafael Correa, fue muerto a tiros en la provincia de Esmeraldas.
En un comunicado, el Gobierno «reitera su firme condena a los recientes ataques criminales contra dirigentes políticos en el contexto del proceso electoral en Ecuador».
Demanda a los «actores ecuatorianos relevantes», para que se realicen esfuerzos que permitan que la elección presidencial, prevista para el próximo día 20, transcurra «pacíficamente, en seguridad y con pleno respeto al Estado de Derecho y a los valores democráticos».
Por segunda vez, la administración del presidente Luiz Inácio Lula da Silva emite una declaración sobre la ola de violencia en Ecuador.
El 10 de agosto, el Gobierno rechazó y calificó de deplorable el asesinato de Villavicencio, luego de un mitin político celebrado el día anterior en Quito.
La Cancillería indicó en una nota que existe «confianza en que los responsables de este acto deplorable serán identificados y llevados ante la justicia».
Transmitió las «más sentidas condolencias a la familia del candidato presidencial y al Gobierno y pueblo ecuatoriano».
El atentado que cobró la vida de Villavicencio, uno de los ocho candidatos a la presidencia que concurrían a las elecciones generales extraordinarias del 20 de agosto, tuvo lugar en el norte de la capital ecuatoriana cuando salía de un acto de campaña.
Al subirse a una camioneta que lo esperaba, el periodista, de 59 años, recibió varios impactos de bala en la cabeza.
Otros políticos y aspirantes como el alcalde de Manta, Agustín Intriago, y el candidato a asambleísta Ryder Sánchez, de la alianza Actuemos, del exvicepresidente Otto Sonnenholzner, también fueron asesinados en Ecuador.
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