Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Volker Turk, tales actos pueden ser constitutivos de crímenes de guerra.
Las víctimas incluyen centenares de civiles, entre ellos 435 niños y 28 trabajadores de la Salud, y las cifras pueden ser mayores debido a la imposibilidad de contabilizar e identificar todos los fallecidos ante la crudeza de los enfrentamientos.
Los principales escenarios de la violencia y crueldad –señaló Turk- están en Jartum y Darfur, donde se han cometido los mayores crímenes y abusos, en una guerra por el poder que calificó de desastrosa y sin sentido, con la destrucción de toda la infraestructura de las ciudades.
Por último, el funcionario de la ONU exhortó al cese de los combates y al diálogo entre las partes, así como que cumplan sus obligaciones conforme al Derecho Internacional.
Los enfrentamientos en Sudán estallaron el pasado 15 de abril por contradicciones en medio de un proceso de integración de las Fuerzas de Apoyo Rápido, lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, vicepresidente del Consejo Soberano de Transición (CST), al seno de las Fuerzas Armadas, y el jefe del Ejército y presidente del CST, Abdelfatá al Burhan.
Ambos con grado de general, se disputan el control del país después del derrocamiento en 2019 del presidente Omar al Bashir.
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