Vásquez relaciona la medida con el hecho de que Vergara atendió la solicitud de la televisora Latina de acceder a un texto colectivo que cuenta, entre sus autores, con la presidenta Dina Boluarte y cuyo análisis encontró que más de la mitad es plagiado de otros autores.
“Luego de que la Biblioteca Nacional entregara el libro plagiado de Boluarte, sacan a la jefa institucional, una bibliotecóloga del más alto nivel”, comentó Vásquez.
La denuncia de Latina dio lugar a una investigación actualmente en desarrollo, en tanto la presidenta respondió que no se trata propiamente de un libro, sino de un trabajo privado que no se imprimió para la venta, aunque si cumplió el trámite de depositar ejemplares en la Biblioteca Nacional, lo que se exige a todos los autores.
Vásquez añadió que en reemplazo de Vergara fue nombrado el abogado y escritor Boris Espezúa, de la región surandina de Puno, y señaló que se trata de “un simbólico nombramiento” que busca quebrar a Puno, en referencia al rechazo casi unánime a Boluarte en ese territorio, bastión de la resistencia contra el actual Gobierno.
Por su parte, la historiadora McEvoy lamentó el relevo, a quien calificó como “una excelente profesional” y agregó que “tal como viene ocurriendo en otros entes públicos, los puestos se reparten como botín”.
Antes de anunciarse el nombramiento sostuvo que la Biblioteca Nacional “caerá en manos de algún compadre o comadre de la todopoderosa y mediocre ministra” de Cultura, Leslie Urteaga.
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