La Asociación Médica Haitiana, la Asociación de Hospitales Privados, el nosocomio adventista de Diquini, los Centros Gheskio, Médicos sin Fronteras y los hospitales Saint Luc y Saint Damien criticaron en un comunicado la falta de seguridad.
Asimismo, reclamaron respeto para todas las entidades, ambulancias y personal sanitario por parte de quienes portan armas.
Lamentaron que las circunstancias actuales son particularmente difíciles para el sector, por lo que es necesario un mínimo de seguridad para tratar a los pacientes.
Además, recordaron los incidentes ocurridos en julio pasado, cuando una veintena de hombres armados irrumpieron en el hospital de Tabarre gestionado por Médicos sin Fronteras para llevarse a un paciente, así como el saqueo del centro comunitario de Bon Repos y el secuestro de parte de su personal.
“Estos dos casos no son más que ilustraciones de la gravedad de la situación, y los últimos de una larga serie a lo largo de los dos últimos años”, indicó la nota.
Agregó que muchos hospitales fueron atacados o no pueden funcionar como consecuencia de la inseguridad y violencia, lo que es inaceptable en un país como Haití, donde el acceso a la atención sanitaria es muy limitado.
La ola de violencia que sufre el país caribeño afecta a todos los sectores, con un aumento fuera de control de las acciones de las pandillas, los secuestros y los asesinatos.
De hecho, en las últimas semanas cientos de residentes de Carrefour-Feuilles, comuna al suroeste de esta capital, tuvieron que huir de sus hogares ante el ataque de las pandillas de Grand Ravine, que también asaltaron una subestación eléctrica y dejaron sin servicio a parte de la zona metropolitana de Puerto Príncipe.
El Consejo Superior de la Policía Nacional se comprometió este miércoles a hacer frente a las bandas y reforzar a los agentes en el terreno, mientras los ciudadanos reclaman que restablezca el clima de paz.
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