Esa cartera publicó sus hallazgos del Programa Nacional de Monitoreo de Israel en el Golfo de Eilat, que alberga el arrecife de coral más septentrional del planeta.
El informe reveló que el estado de deterioro del arrecife de coral es una preocupación apremiante debido al calentamiento del océano, las tormentas severas y la aparición de enfermedades dañinas.
La temperatura del agua superficial aumentó desde 1988, con un promedio anual de 0,045 grados, subrayó.
El arrecife de coral de Eilat, de importancia a nivel nacional y mundial, enfrenta las repercusiones del cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos que contribuyen a su declive, subrayó la ministra de Protección Ambiental, Idit Silman.
En la última década se observó una disminución constante en la densidad de población de tortugas marinas en Eilat, que juegan un papel vital en el mantenimiento del equilibrio entre los corales y las algas dentro del ecosistema.
Citado por el diario The Times of Israel, el experto Tal Ozer advirtió que los corales podrían blanquearse si continúa la contaminación y el calentamiento marino.
La temperatura media mundial de la superficie del mar alcanzó un nivel sin precedentes de 20,96 grados el 31 de julio último, según el Servicio de Cambio Climático Copernicus, de la Unión Europea.
En gran parte del Mediterráneo, señaló, las anomalías de la temperatura superficial (desviaciones de los datos promedio) fueron de hasta tres grados y alcanzó los 5,5 a lo largo de las costas de Italia, Grecia y el norte de África.
Para Gil Rilov, del Instituto Nacional de Oceanografía y profesor de la Universidad de Haifa, el Mediterráneo oriental está cambiando de un ecosistema atlántico templado a uno tropical del Indo-Pacífico.
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