Un estudio de la Confederación General de Artesanía, Micro y Pequeñas Empresas de Italia (Confartigianato), señala que “la proporción de plazas sin cubrir, del número total de contrataciones esperadas, pasó del 40,3 por ciento en julio de 2022 a 47,9 puntos porcentuales en igual período de este año».
En el reporte, divulgado este sábado en el sitio digital informativo Affaritaliani.it, esa organización, la cual representa a más de 700 mil empresarios de este país, refiere que se trata de un fenómeno generalizado en toda Italia y en todos los sectores, desde los tradicionales hasta las actividades digitales y de alta tecnología.
En concreto, según precisa, las mayores dificultades se presentan en los sectores «técnicos especializados de carpintería metálica, con un 70,5 por ciento de carencia de personal; en la construcción, donde se alcanza un porcentaje de 69,9; así como en la dirección de plantas, con 56,6 puntos porcentuales”.
A nivel regional, las empresas con más problemas para encontrar empleados operan en Trentino-Alto Adige, con un déficit del 61,6 por ciento en las contrataciones, seguida de Valle de Aosta, con 57,1; Umbria, con 54,6; Friuli-Venecia Julia, con 53,3; Emilia-Romaña, con 52,7; Piamonte, con 52,0 y Véneto, con un 51,4 por ciento.
Sin embargo, los principales gremios del país llaman la atención en relación con lo que consideran una paradoja, debido a los graves problemas de desempleo en este país donde, según señalan, miles de jóvenes están desocupados.
«Si el problema son las habilidades, entonces necesitamos poner las herramientas que tenemos en un sistema y hacer que funcionen», subrayó Maurizio Zabbeni, dirigente de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), en declaraciones a medios informativos
Por su parte Lorenzo Pomini, de la Confederación Italiana de Sindicatos de Trabajadores, coincidió en que para cubrir esos déficits de mano de obra calificada los jóvenes desempleados “deberían participar en cursos de formación profesional acordes con las necesidades de las empresas”.
A esos planteamientos se sumó el de Walter Largher, de la Unión Italiana del Trabajo, quien compartió el criterio de que la situación se agrava dado el hecho de que “los salarios son demasiado bajos”.
Los líderes sindicales apuntaron que “las empresas también deberían hacer un examen de conciencia, abrir mesas contractuales y discutir para mejorar las condiciones de trabajo, lo cual sería sin duda un incentivo importante para atraer mano de obra”.
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