Pese a la fama de la gastronomía y su variedad regional, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas compró raciones de platos de la denominada comida Tex-Mex, versión estadounidense de la gastronomía mexicana.
Según las indagaciones iniciales, los alimentos fueron preparados y envasados por la empresa Nex-Xos de Florida, Estados Unidos, pero el Comando Conjunto lo firmó con la empresa peruana Lealto, sin experiencia alguna en el rubro de la producción de alimentos.
La Contraloría estableció también que el costo de las raciones supera ampliamente los del mercado local y los responsables de la operación dijeron que no tomaron en cuenta las ofertas locales de platos nativos porque ya las conocían.
El contrato, reveló la prensa local, lo firmó en junio pasado el jefe de la Oficina de Administración del Comando, coronel Julio Ramos Quintana.
En 2008 hubo un caso similar, cuando el entonces jefe del Ejército, general Edwin Donayre, ordenó comprar raciones de combate de la empresa norteamericana International Meal Supply, que ni siquiera tenía representante en Perú, para los soldados que combatían a remanente del grupo armado Sendero Luminoso en un agreste territorio del centro del país.
Cuando el caso fue investigado, se descubrió que las tropas no comían las raciones de Tex-Mex, las tiraban, por no ser familiares para ellos, y preferían la comida lugareña.
Donayre está actualmente preso, cumpliendo una condena de prisión por vender a gasolineras privadas, cuando era jefe de una región del Ejército, combustible destinado a los blindados y otros vehículos militares.
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