Un comunicado de esa agrupación señaló, en declaraciones divulgadas este miércoles por el diario La Repubblica, que “lo ocurrido nos parece realmente increíble” y lamentó que los barcos humanitarios se encuentran a merced de decisiones arbitrarias y completamente inconstitucionales.
El Open Arms fue autorizado a desembarcar en el norteño puerto de Carrara a 26 migrantes rescatados en aguas del mar Mediterráneo central, pero en el trayecto hacia ese punto socorrió a otras dos embarcaciones, y finalmente llegó al punto de destino el 22 de agosto, con 195 personas a bordo.
En la nota, esa organización argumentó que mientras el barco se dirigía hacia el lugar asignado recibió una alerta de socorro sobre dos barcos en peligro y en vano intentaron pedir instrucciones desde Roma, pues la única respuesta fue el silencio, y “las normas internacionales son claras: en el mar nadie se queda atrás”.
Detener durante 20 días uno de los pocos medios navales capaces de rescatar, en un momento en el que la crisis humanitaria está en su apogeo y el mar está lleno de barcos en peligro, es una decisión peligrosa que implica enormes responsabilidades para quienes la tomaron, advirtió el texto.
De acuerdo con el último informe emitido por el Ministerio del Interior italiano, hasta la víspera arribaron este año a las costas 105 mil 483 migrantes irregulares, cifra muy superior a los 51 mil 328 que lo hicieron en igual período de 2022, lo cual ilustra la gravedad del problema.
Recordamos que en el último mes nuestro remolcador, el Open Arms, rescató a 734 personas y prestó asistencia a otras 540, siempre bajo la coordinación de la Guardia Costera italiana, agregó el documento, en el cual se señala que ya los abogados de esa organización trabajan para impugnar la medida ante los jueces.
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