Un informe publicado este jueves en el sitio digital del diario La Repubblica apunta que son pocos los lugares habilitados en este país para atender a los mismos y una buena parte son enviados a centros de recepción para adultos, mientras el sistema de acogimiento familiar está prácticamente paralizado.
«A mediados de agosto, el número de niños solitarios que llegaron por mar ya era el mismo que en todo 2021” alertó Carla Garlatti, Garante para la infancia y la adolescencia, quien señaló que muchos de los infantes que arriban solos a Italia “tienen historias y viajes terribles detrás de ellos”.
La última actualización oficial que data del 31 de julio último, apunta que el número de menores sin compañía de familiares era de 21 mil 710, cifra muy superior a la de 16 mil 470 registrada en la misma fecha de 2022, pero tan solo en el último fin de semana llegaron mil 902, lo cual evidencia que la cantidad actual es muy superior.
De hecho, de los 105 mil 909 migrantes irregulares que arribaron a Italia por mar este año, hasta el pasado 23 de agosto, 12 mil 188 eran menores de edad sin compañía, que se sumaron a los más de 10 mil que ya se encontraban en Italia al 31 de diciembre de 2022.
El número de varones es significativamente mayor, con casi el 90 por ciento, y el porcentaje de los que tienen 17 años asciende a 44,6 puntos.
Los niños migrantes sin compañía de 15 y 16 años representan el 11,9 y el 25,4 por ciento del total, respectivamente, mientras suman 16 puntos porcentuales que los que se encuentran en el rango de tres a 14 años, y el 2,0 por ciento apenas llega a los dos años de edad.
Las nacionalidades predominantes son la egipcia y la tunecina, con el 24,7 y el 20,4 por ciento, respectivamente, y luego se encuentran los menores llegados de Guinea, Costa de Marfil y Gambia, agrega el análisis.
Raffaela Milano, directora de la oficina en Italia de la organización humanitaria internacional Save the Children, expresó en declaraciones a la prensa que estos niños «se encuentran en una situación de especial vulnerabilidad, pues viajan sin adultos de referencia”
Por tal razón, según alertó, “para muchos el riesgo es que, si no se activa inmediatamente una red de acogida y de protección, podrían convertirse en presa fácil de la ilegalidad y la explotación».
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