En conferencia de prensa este jueves, sus integrantes describieron un panorama sombrío sobre la situación económica y de seguridad, y advirtieron que podría influir en la reapertura del año académico.
Recordaron que actualmente la violencia, alto costo de vida e inseguridad alimentaria afectan a un gran por ciento de la población, que además sufre con los desplazamientos internos mientras las pandillas intentan tomar el control de los territorios.
Ante esta situación, los activistas cuestionan cómo los padres podrán enviar a sus hijos a las escuelas y exigen al primer ministro Ariel Henry un programa social.
La reanudación del curso académico está prevista para el 11 de septiembre, según anunció el Ministerio de Educación.
Su titular, Nesmy Manigat, aseguró esta semana en una radio local que se puso en marcha un programa de apoyo prioritario a padres de escuelas nacionales, mediante el cual l
podrán recibir 15 mil gourdes (uno 110 dólares) en dos plazos.
El proyecto ya benefició a 20 mil familias, precisó Manigat que alentó a otros a acudir a las escuelas para inscribirse en los programas.
Además, anunció que el Gobierno distribuirá de forma gratuita un millón de ejemplares del libro único para primer y segundo año fundamental, con el objetivo de que se aplique el mismo programa académico en todo el país.
La educación en Haití se ha visto afectada por el auge de la violencia que obligó el cierre de centros escolares, mientras que miles de niños sufren con los desplazamientos internos.
A eso se suman los disturbios políticos y las recurrentes crisis con el abastecimiento de los combustibles, además de la recesión económica.
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