El político enfatizó en la urgencia de un acuerdo que beneficie al país y no a ninguno de los partidos; y en ese sentido, manifestó recelo sobre el interés de varias naciones en el expediente libanés.
Durante una entrevista al periódico Al-Akhbar, Jumblatt consideró que la discrepancia e indiferencia es clara entre los cinco países (Francia, Qatar, Arabia Saudita, Egipto y Estados Unidos) que están preocupados por la designación del nuevo jefe de Estado.
El dirigente de la comunidad drusa libanesa subrayó que no hay otra alternativa que sentarse a la mesa del diálogo, y lamentó las justificaciones de las fuerzas cristianas para rechazar el entendimiento.
A casi 10 meses de vacío de poder, factores confesionales, división en el Parlamento e intromisión externa obstaculizan los caminos del entendimiento y continúa la vacancia en la primera presidencia, tras el fin del mandato de Michel Aoun (2016-2022) el 31 de octubre pasado.
Ningún candidato de la comunidad cristiana maronita recibió el respaldo de la mayoría legislativa en la jornada de votación del 14 de junio anterior, en una repetición de las 11 sesiones anteriores desde el inicio del proceso electoral a fines de septiembre.
Bajo un gobierno interino de limitados poderes constitucionales, Líbano intenta nombrar al presidente de la República número 14 después de la independencia, en medio de la peor crisis económica de su época moderna.
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