Como mujeres y hombres de leyes, estamos obligados a la defensa de los derechos humanos de todas las personas, pero sobre todo de aquellas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad, dijo la magistrada.
Hablamos de personas que hacen frente a múltiples obstáculos, como precariedad económica, violencia y discriminación, inseguridad, a veces víctimas de organizaciones criminales dedicadas al tráfico de migrantes o a la trata de personas.
Al respecto, mencionó el caso de las boyas flotantes y alambre de púas colocados por el estado de Texas para evitar el paso de migrantes hacia ese estado y desde este territorio. Resaltó que la migración internacional no es un tema que atañe sólo a México o a los estados fronterizos, sino que es un fenómeno global y que la movilidad humana representa un desafío para muchas naciones.
Esto debido a que se trata de personas que se ven obligadas a abandonar su país de origen por guerras, violencia e inseguridad, exclusión social y pobreza, por desastres naturales debidos al cambio climático, entre otras causas.
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