Según informaron activistas locales, el incidente ocurrió en la entrada de la localidad de Hamo al sur del municipio Qamishli en la nororiental provincia de Hasakeh, ubicada a unos 600 kilómetros al norte de esta capital.
Detallaron que los aldeanos interceptaron y arrojaron piedras contra los cuatro blindados del convoy y subieron a uno de los vehículos y rompieron las banderas estadounidenses.
Ante esta acción de resistencia, los militares estadounidenses, y los vehículos de su milicia local títere Fuerzas Democráticas de Siria tuvieron que retirarse, y buscar otra ruta para llegar a su base.
Según las fuentes, los residentes contaron con el apoyo del Ejército Árabe Sirio que bloqueó la carretera ante el paso del convoy.
A pesar de las repetidas denuncias de Siria en las Naciones Unidas y en los foros internacionales, Washington sigue manteniendo al menos 12 enclaves, en su mayoría en los campos de petróleo y gas, principalmente en la región de al-Jazira (este del Éufrates).
Esta presencia ilegal de las tropas norteamericanas, según las denuncias, incentiva la actividad terrorista y separatista, y priva al pueblo de sus riquezas naturales ya que los militares de Estados Unidos y sus agrupaciones extremistas aliadas continúan el saqueo del trigo y el petróleo.
La ira popular se incrementa notablemente contra las prácticas de estas fuerzas, y durante los últimos años se reportaron ataques con explosivos contra convoyes o con cohetes contra sus bases, mientras los militares y pobladores interceptan con frecuencia las columnas militares e impiden su paso.
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