Un informe elaborado por la Confederación General de Artesanos de esta nación europea (CGIA) muestra este domingo que las provincias italianas más afectadas son las de Vercelli y Teramo, ambas con pérdidas de un 27,2 por ciento, seguidas de Luca, con un porcentaje de 27,0; Rovigo, con 26,3 y Massa-Carrara, con 25,3 puntos porcentuales.
En términos absolutos, las pérdidas más importantes se registraron en las provincias de Turín, con 18 mil 75 artesanos, seguida de Milán, donde la baja fue de 15 mil 991; Roma, con ocho mil 891; Verona, con ocho mil 891 y Brescia, con ocho mil 441 trabajadores menos al término de la década.
El estudio determinó que entre las principales causas de este fenómeno se encuentran «el fuerte aumento de la edad media, provocado en particular por un insuficiente recambio generacional y la feroz competencia ejercida en los últimos años por los grandes minoristas y así como por el comercio electrónico”.
También incidió desfavorablemente el aumento de los costes de los alquileres y de los impuestos, así como en cambios en la forma de comprar de los consumidores, quienes “desde hace algunas décadas abrazaron la cultura del desechable, con los bienes producidos en masa y entregados en sus hogares”.
“El calzado, la ropa o los muebles a la medida son ya un viejo recuerdo y los productos hechos a mano son desbancados por las compras elegidas en los catálogos online o sacadas de un gran almacén”, apunta el documento.
Por otra parte, según se señala en este análisis, “durante los últimos 40 años se produjo una aterradora devaluación cultural del trabajo manual”, y como resultado “los empresarios de este sector enfrentan cada vez mayores dificultades para encontrar personal dispuesto a acercarse a este mundo”.
En todo el país es difícil hallar jóvenes dispuestos a ser conductores, mecánicos, sastres, pasteleros, panaderos, peluqueros, esteticistas, plomeros, electricistas, torneros, molineros, pintores y chapistas, advierte el estudio.
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