Las principales víctimas serán Etiopía, Kenya y Somalia, con un 90 por ciento de probabilidades aunque ninguno de los países del este africano está libre de peligro, pronostica el ente especializado.
Los aguaceros en cuestión, que tendrán sabor a maná del cielo para los agricultores después de cinco sequías consecutivas, también pueden causar inundaciones, deslizamientos de tierra y destrucción de infraestructura y de cultivos, advirtió el director de Icpac, Guleid Artan.
Esas tragedias vendrán acompañadas de otra, anual e inevitable: la invasión de langostas, esos insectos que devastan los cultivos, y sin olvidar la erupción de brotes de enfermedades infectointestinales transmitidas por vectores, como el cólera, esa asesina endémica de varios países africanos.
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