De acuerdo con el dirigente gremial Carlos Díaz, la medida fue acatada en las regiones del país y en esta capital hubo comunas donde se ejecutó al ciento por ciento.
Como estaba previsto en el cronograma divulgado por los educadores, a lo largo del día se realizaron movilizaciones para exigir el fin de la deuda histórica del gobierno con los maestros.
Esta situación surgió durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) cuando fueron recortados los salarios al sector, lo que también influyó en pensiones de menor cuantía para quienes decidieron acogerse al derecho a la jubilación.
Además, aseguran que hay un gran atraso en el pago de bonos otorgados por méritos profesionales y de otro tipo.
Este martes un numeroso grupo de profesores se concentraron frente al Palacio de la Moneda para reiterar su disposición de mantener la huelga hasta tanto reciban una respuesta satisfactoria.
Otras demandas del magisterio chileno son poner fin a la violencia dentro de los recintos escolares, mejorar el sistema de financiamiento a la educación pública, adecuar los horarios de clases y aliviar el agotamiento docente.
El miércoles continuará la paralización de labores y se realizarán asambleas abiertas, acciones de información sobre los motivos de la protesta en plazas y calles y afinarán los preparativos de una gran marcha nacional prevista para el próximo jueves.
La caminata en la ciudad de Santiago arrancará desde la Plaza Baquedano, popularmente conocida como de La Dignidad porque allí se realizaron numerosas acciones durante el estallido social iniciado en octubre de 2019.
El recién nombrado ministro de Educación, Nicolás Cataldo, prometió entregar una respuesta a las exigencias de los educadores, que sería la tercera tras el rechazo de las dos presentadas con anterioridad.
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