En su mensaje por la fecha, el titular de ONU, António Guterres, calificó este método de intimidación como una grave violación de derechos humanos y pidió a los países que ayuden a poner fin a estos crímenes.
Por su parte, la representante especial de ONU y jefa de la Misión de Administración Provisional en Kosovo, Caroline Ziadeh, llamó a renovar esfuerzos para resolver el destino de las víctimas.
Esto, agregó, puede contribuir a un proceso más amplio de creación de confianza, reconciliación y mantenimiento de la paz en esa autoproclamada república que acumula seis mil 65 casos de personas desaparecidas entre enero de 1998 a diciembre de 2000, y de ellos, mil 621 siguen sin resolverse.
Naciones Unidas considera casos de desapariciones forzadas aquellos donde «se arreste, detenga o traslade contra su voluntad a las personas».
De acuerdo con la resolución 47/133, de 18 de diciembre de 1992, el término aplica además cuando estas resulten privadas de su libertad por agentes gubernamentales, grupos organizados o por particulares que actúan en nombre de un gobierno o con su apoyo.
El 21 de diciembre de 2010, la Asamblea General de ONU estableció el 30 de agosto como Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, que comenzó a observarse en 2011.
La fecha surgió ante el aumento de las desapariciones involuntarias en diversas regiones del mundo, como los arrestos, las detenciones y los secuestros.
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