Por Ana Laura Arbesú
Corresponsal jefe de Prensa Latina en Costa Rica
La nación de la “pura vida” experimenta desde hace algún tiempo una ola de inseguridad sin precedentes.
Los asesinatos aumentaron en 60 por ciento en la última década y los 656 homicidios del año pasado fue la cifra más alta en su historia para una tasa récord de 12,6 por cada 100 mil habitantes, mientras, los registros del 2023 ya lo superan en 30 por ciento y se proyecta que al cierre de 2023 podrían contabilizarse hasta 900 muertes violentas.
Las estadísticas del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) reportan que en lo que va del año se han registrado 587 homicidios mientras que, en el mismo período, pero del 2022, la cifra fue de 411. Es decir 176 muertes más.
La caribeña provincia de Limón y San José, la capital, son las que más casos reportan con 148 y 146, respectivamente. En la occidental Puntarenas, hubo 90 asesinatos en lo que va de 2023 y en la central Alajuela, 67 casos, esta última la única con una disminución, pues en 2022 contabilizaban 76 homicidios a la fecha.
Con respecto a la norteña Guanacaste, las autoridades notificaron 61 muertes por violencia, Cartago, 43, y Heredia, 32.
En otras palabras: según la OIJ, los asesinatos, se producen uno cada 13 horas, y dos tercios están vinculados al crimen organizado y en 72 por ciento de los casos con armas de fuego.
Las disputas entre bandas criminales dedicadas al narcotráfico ya no se quedan en los barrios marginales ni en las regiones costeras.
Incluso un video trasmitido en el noticiario Teletica, compartido en la red social TikTok, expone a jóvenes que simulan en las calles enfrentamientos entre bandas con pistolas de juguete de dehidrogel, una diversión que preocupa a todos.
En el audiovisual se aprecia cómo decenas de jóvenes arman una batalla campal con este tipo de armas, al parecer, la situación ocurrió en el cantón (municipio) central de Puntarenas, barrio que se ha visto afectado últimamente por una ola de homicidios.
Para nosotros es preocupante ese tema, del uso de esas pistolas, la venta y uso de estas armas de juguete no está regulado, por eso son de libre venta y también de libre uso, sin embargo, en estos tiempos no es lo más ideal andar jugando con pistolas, la idea sería fomentar una cultura de paz y no andar con armas, que, si bien son de juguete, acercan a la violencia, además, no está bien visto”, explicó a Teletica.com Jimmy Araya, subjefe de Puntarenas.
A juicio de expertos, el aumento de la pobreza y desigualdad de las últimas dos décadas, los recortes presupuestarios a los cuerpos policiales y la influencia de bandas internacionales tambalean a esta nación que se vanagloria de haber abolido el ejército hace 75 años y dedicar esos recursos a inversión social.
De esta manera las estadísticas preocupan cada vez más en un país que busca aumentar el número de turistas, inversionistas y nómadas digitales a pasar largas estancias.
Para el director del OIJ, Randall Zúñiga, es vital contar con más recursos para afrontar la ola de violencia en Costa Rica e hizo énfasis sobre la necesidad de excluir al organismo de la aplicación de la regla fiscal.
De manera paralela, en la Asamblea Legislativa hay un proyecto de ley para exonerar del Impuesto al Valor Agregado (IVA) al Organismo, a la cual se opone el ministro de Hacienda Nogui Acosta.
En una reciente entrevista, el ministro de Seguridad Mario Zamora señaló que atacarán el problema, pero bajo Estado de derecho.
Costa Rica descarta la mano dura o la mano suave, nosotros lo que aplicamos es el Estado de derecho, es decir, identificamos a una persona y la presentamos ante un juez con la evidencia suficiente de que ha cometido un delito. Esa es la ruta democrática y esa es la ruta que vamos a seguir.
Estamos ante un cáncer, y un cáncer agresivo, (así que debe aplicarse) la quimioterapia, cuantas veces sea necesaria, y debe usarse en democracia para que este fenómeno criminal pueda ser revertido. En la medida en que usemos la fuerza dentro del Estado derecho, creamos seguridad, ejemplificó Zamora.
De todas formas, a inicios de semana, el presidente Rodrigo Chaves, en un encuentro con su homólogo de Colombia, Gustavo Petro, coincidió en que además de la migración, la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado es tema pendiente en las dos naciones. El trabajo conjunto debe estar enfocado en el tema de la seguridad, también cada vez más creciente por la forma multinacional que adquieren las mafias de drogas ilícitas, subrayó Chaves.
El caso del crimen organizado presenta en estos tiempos otra connotación, de gente sin valores, dijo. Debemos trabajar en como quitarle a gente mala enormes cantidades de recursos económicos que les dan poder sobre la violencia.
Durante el encuentro tanto Petro como Chaves encargaron a sus cancilleres llevar mesas de trabajo para abordar ambas problemáticas. Necesitamos que sea un trabajo eficiente y con resultados, explicó Chaves al subrayar que los pueblos hermanos deben trabajar juntos en lo que los une.
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