En declaraciones a Prensa Latina, el miembro de la Comisión Política de esa agrupación hizo un recuento de la trayectoria de varias décadas del histórico líder comunista.
Nació el 29 de octubre de 1943 en la comuna de Santa Bárbara, región del Biobío, y desde muy temprano ingresó en las Juventudes del Partido, donde fue secretario general en las ciudades de Temuco, Valdivia y Lota.
Le tocó vivir en esa condición los años de la Unidad Popular y la lucha por llevar hasta la presidencia a Salvador Allende, una etapa muy importante en la construcción de su personalidad y el despliegue de la militancia del compañero Guillermo, afirmó Lagos.
“El era sureño, tenía muchos rasgos de la idiosincrasia de los habitantes de esa región en nuestro país. Yo solía decirle: ustedes son como los grandes bosques, a veces silenciosos, otras llenos de ruidos, en ocasiones lluviosos o repletos de humedad”, rememoró.
Tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 le pidieron su incorporación como militante del partido, ya en momentos de intensa persecución.
Así llegó a Santiago con el objetivo de fortalecer el trabajo clandestino, pero fue capturado en 1974. “Estuvo seis meses en la Academia de Guerra, seis meses torturado, le inyectaban químicos, lo golpeaban, lo interrogaban, seis meses”, explicó Lagos.
Durante otro año y medio lo mantuvieron internado en los campos de prisioneros de Tres Álamos, Ritoque y Puchuncaví.
Cuando lo liberaron tomó la decisión de permanecer en Chile para colaborar con la reconstrucción de la dirección del PCCh y las tareas del enfrentamiento a la dictadura por medio de la rebelión popular y la lucha armada, de cuya conducción fue el máximo responsable.
Todas estas experiencias le dieron a Teillier la fuerza, la madurez y también la autoridad necesaria para encarar momentos muy difíciles.
Uno de ellos, dijo a esta agencia nuestro entrevistado, fue cuando se dio un giro táctico para construir alianzas y tender puentes con otras fuerzas del centro político chileno, con el objetivo de buscar un cambio democrático en el país.
Fueron decisiones complejas, pero las encaró y mantuvo la firmeza de los principios.
Por sus capacidades y compromisos fue nominado como secretario general de la organización en el XXII Congreso y en marzo de 2005, cuando falleció la compañera Gladys Marín, asumió como presidente interino y fue ratificado un año después en el cargo, que desempeñó hasta su muerte. Su talento y sabiduría condujo a que él, junto a otros compañeros, fueran electos como diputados por el Partido Comunista de Chile para la legislatura iniciada en 2010.
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