Massimiliano Giansanti, presidente de la Confederación Genereal de la Agricultura (Confagricoltura), alertó además en declaraciones divulgadas este domingo en el sitio digital informativo económico Verita & Affari, que en este país “el gran calor de julio y agosto provocará una reducción en la cantidad de uvas para vinificación”.
Este panorama, complica una situación ya muy grave, tras la pérdida de 14 puntos en las ventas respecto a las reportadas en 2022, ante lo cual Giansanti apuntó que, en la actual coyuntura, para esta nación es importante “la definición de las prioridades, de los sectores en los que centrarse”.
El experto destacó que “el alto valor añadido de nuestro sector demuestra la calidad y el potencial de las empresas que lo integran, pero debemos afrontar los retos que vienen de los mercados internacionales”, y observó que el mercado nacional también necesita garantías, con un aumento de la producción.
De acuerdo con un informe conjunto de la Unión Italiana del Vino (UIV) y la Feria Internacional Vinitaly, “Italia, de hecho, se está ahogando en su vino, que sigue sin venderse” y precisó que la cosecha 2023 se abre con un stock en bodega de 45,5 millones de hectolitros, equivalentes a seis mil millones de botellas de 0,75 litros.
Esta cifra refleja un superávit del 4,5 por ciento respecto al mismo período del año pasado, debido en particular a un aumento sin precedentes de las existencias de vinos de mayor calidad, asevera ese estudio.
La demanda fuera de Europa se contrajo en el primer semestre de 2023, y entre los 10 principales compradores, que representan el 85 por ciento del mercado extracomunitario, los volúmenes de exportación fueron positivos sólo para Rusia, con caídas en Estados Unidos, Canadá, Japón, Noruega, China y Corea del Sur, agrega la fuente.
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