Según Abdalá Blehaq, portavoz de esa instancia legislativa, Saleh y Batili se reunieron por segunda vez en un mes en la oriental ciudad de Al Quba.
Ambas partes abordaron la evolución de la situación política en Libia, en especial los esfuerzos realizados para celebrar elecciones presidenciales y parlamentarias, subrayó el vocero.
Saleh y Batili destacaron la importancia de que el Comité Conjunto 6+6 complete las leyes electorales para dar paso a los comicios, en un intento de acabar con la división nacional, provocada por la existencia de dos gobiernos paralelos.
Recientemente, el Alto Consejo de Estado (Senado) y la Cámara de Representantes, enfrentados entre sí, acordaron crear ese comité para redactar nuevas leyes electorales.
Tras un año de relativa calma, la tensión escaló en febrero de 2022, cuando ese último órgano legislativo nombró a Fhati Bashagha como primer ministro interino en sustitución de Abdul Hamid Dbeibeh, quien anunció que solo entregará el poder a las autoridades emanadas de las urnas.
Dbeibeh y su gabinete están asentados en Trípoli, mientras el otro Ejecutivo tiene su sede en Tobruk, respaldado por la Cámara baja, que hace tres meses destituyó a Bashagha y nombró en su lugar a Osama Hamada.
Esa nación vive una espiral de violencia desde el derrocamiento y posterior asesinato de Muamar al Gadafi en 2011, luego de una guerra apoyada por miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
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