Al igual que el resto del mundo, pero de manera especial, en este país desde el año anterior los distintos ataques de phishing, malware, ransomware y fraude en línea son comunes.
También están registrados casos de robo de datos y ataques dirigidos a instituciones gubernamentales y empresas privadas, amenazas que afectan tanto a organizaciones como a ciudadanos individuales.
La compañía de ciberseguridad Eset, en su estudio Security Report 2023, destacó el ataque de ransomware (programa dañino) sufrido por el país el año pasado, catalogado como el cuarto más grande del mundo.
Algunos datos que se desprenden del reporte muestran que 69 por ciento de las organizaciones de América Latina sufrió algún incidente de seguridad durante el último año.
Por otro lado, las naciones con el mayor porcentaje de detecciones de códigos maliciosos en campañas de phishing son Ecuador, con 8,0 por ciento, seguido por Costa Rica (7,2), Colombia (5,79, Guatemala (5,2) y El Salvador (5,1) por ciento.
En cuanto a troyanos, el país se ubica en el sexto lugar de ataques recibidos en la región latinoamericana, con 4,2 por ciento de los reportes.
La investigación señaló también que 66 por ciento de las empresas destacan el robo o fuga de información como su mayor preocupación en materia de ciberseguridad, mientras que 65 por ciento considera que el presupuesto asignado al área de protección informática no es suficiente.
El documento también incluye cuáles son las principales medidas de seguridad que implementan las empresas latinoamericanas, tanto en términos de soluciones tecnológicas como de prácticas de gestión.
El estudio determinó que la adopción de soluciones de seguridad para dispositivos móviles aumentó, pasando de 10 en 2021 a 21 por ciento en 2022, sin embargo, al considerar el crecimiento que presentan las vulnerabilidades en Android y el rol que tienen los dispositivos móviles en los negocios, el porcentaje de adopción es bajo.
A lo largo de 2022, la empresa de seguridad informática observó cómo los cibercriminales logran distribuir malware a través de aplicaciones disponibles en Google Play y también campañas más sofisticadas tanto para Android como iOS con el objetivo de robar criptomonedas o realizar espionaje, destaca la investigación.
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