En la madrugada del 16 de septiembre de 1973 miembros del ejército dejaron los cinco cuerpos con señales de torturas y numerosos impactos de bala a un costado del Cementerio Metropolitano, donde los hallaron pobladores locales.
Allí se levantó un memorial para rendir tributo al máximo exponente de la trova chilena, así como a Quiroga, quien al momento del golpe era director general de presidios y fue capturado y ejecutado por oponerse al cuartelazo.
Como parte de un plan de remodelación por los 50 años del asesinato de Jara se desarrolla el programa Árboles por la Memoria, que incluye la siembra de especies nativas de Chile con bajo consumo hídrico.
Javiera Reyes, alcaldesa de la comuna de Lo Espejo, donde está ubicado el lugar, dijo que a través de estos actos se refuerza una historia común, con una huella muy dolorosa en el país.
Además de rendir homenaje a las víctimas de la dictadura militar, se busca recuperar el espacio físico del monumento y dotarlo de una plantación que será un nuevo pulmón verde en los alrededores, declaró Julieta Melo, del Centro Cultural La Feria.
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