La anunciada adquisición de nuevas plantas frigoríficas por parte de la multinacional brasileña Minerva Foods levantó las alarmas de los gremios rurales y actores del Ejecutivo, cuyos representantes se reunieron el viernes último con el presidente Luis Lacalle Pou.
El subsecretario de Ganadería y Agricultura, Juan Ignacio Buffa, dijo que en caso que se concrete la compra por parte de Minerva “se profundiza un proceso de concentración”.
El asunto será analizado por la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia (Copredec) del Ministerio de Economía y Finanzas.
“Todo fenómeno de concentración en pocas manos de la demanda de ganado siempre es un fenómeno complejo y que puede llevar a situaciones de falta de competitividad y falta de alternativa a los productores”, agregó Buffa.
Las tres filiales que prevé adquirir Minerva Foods corresponden a Marfrig, también competidora del país norteño y las plantas a obtener son las de Salto, Colonia y San José. Esas unidades se suman a los frigoríficos PUL, Carrasco, Canelones y BPU, por lo que a partir de esta adquisición el emporio cárnico brasileño puede llegar a controlar siete frigoríficos uruguayos.
Tal compra forma parte de un desembolso por mil 500 millones de dólares por 16 plantas frigoríficas que también le compró a su competidora en la región.
Estas se dividen en 11 unidades en Brasil, una en Chile, otra en Argentina y están previstas las tres restantes en suelo uruguayo.
El presidente de la Asociación Rural del Uruguay, Patricio Cortabarría, calificó el hecho como muy peligroso.
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