La nación africana atendía una media de 217 mil viajeros al año antes de la crisis sanitaria global, que obligó a una pausa durante 2020 y 2021, y redujo los niveles de actividad en 2022, cuando solo llegaron a sus instalaciones turísticas 129 mil personas.
El país cuenta con una inmensa riqueza natural y un alto potencial en este sector, de ahí que sea una de las áreas claves en la estrategia de diversificación económica que impulsa el Gobierno.
En tal sentido, Angola busca la experiencia de socios como Brasil, Cuba y Kenya, tema discutido durante las recientes visitas de los mandatarios de las dos primeras naciones a Luanda; y en el encuentro sostenido ayer entre la vicepresidenta angoleña, Esperança da Costa, y el jefe de Estado de Kenya, William Ruto.
De acuerdo con el director del Infotur, Afonso Vita, la institución trabaja en la rehabilitación de monumentos históricos, como el Mirador de la Luna, en Luanda, actualmente la atracción turística más visitada del país, con más de cinco mil visitas al mes.
La rehabilitación de esta infraestructura permitió la instalación de equipamientos de apoyo, como un observatorio turístico y un centro de información.
Estas labores, agregó, también tienen como objetivo el desarrollo de las comunidades locales.
Sin embargo, queda mucho por hacer, pues el país tiene numerosos sitios de interés turístico que carecen de la proyección adecuada, como las Cataratas de Calandula, las Piedras Negras de Pungu-a-Ndongo, la Reserva Natural Integral de Luando y el Parque Nacional de Cangandala, entre otros.
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