En medio de presiones externas y la oposición de la ultraderecha cristiana (Fuerzas Libanesas y Falangistas), la convocatoria del titular del Parlamento, Nabih Berri, para alcanzar un entendimiento gana apoyo después de 12 fracasos en las sesiones de votación.
A rechazar la injerencia de Occidente y buscar la solución local llamó el miembro del bloque legislativo de Lealtad a la Resistencia, Rami Abu Hamdan, quien confirmó la designación del nuevo jefe de Estado como la clave principal para resolver todas la crisis en la nación levantina.
El diputado rechazó la intransigencia de algunos partidos dependientes de Estados Unidos, que con sus acciones aumentan el sufrimiento del pueblo y obstruyen el camino a la elección.
Sobre este tema, Hamdan reafirmó el compromiso del colectivo de diputados para lograr un acuerdo interno con el objetivo de aliviar las problemáticas de los ciudadanos.
En esta línea de pensamiento, el secretario general adjunto de Hizbulah, Naim Qassem, valoró de positivo el avance hacia el diálogo con la Corriente Patriótica Libre, una de las principales fuerzas dentro de la comunidad cristiana maronita; además de aceptar la convocatoria al debate propuesto por Berri y el enviado especial francés Jean-Yves Le Drian.
Al mismo tiempo, el dirigente de la Resistencia islámica libanesa responsabilizó a Washington del colapso en el país y de estar al servicio de Israel, tras impedir con sus sanciones las donaciones de Irán y la importación de electricidad de Jordania y gas de Egipto.
En este contexto, el líder religioso Ahmad Qabalan señaló que el llamado al diálogo del presidente Berri constituye una vía de salvación para el rescate presidencial y el inicio de las reformas de recuperación.
Durante un encuentro con la Coordinadora Especial de las Naciones Unidas aquí, Joanna Wronecka, la autoridad espiritual subrayó que el organismo multilateral debe contribuir en las principales soluciones relativas a la crisis en Líbano y Siria, lejos de la americanización.
Líbano sortea las dificultades de la cuarta etapa de vacancia presidencial después de su independencia, a la luz de discrepancias políticas internas, injerencia extranjera y agudización de las condiciones de vida de los pobladores.
El pasado 14 de junio, el Parlamento repitió el mismo guion de las anteriores 11 sesiones y hasta el momento ningún representante de la comunidad cristiana maronita cuenta con el apoyo de la mayoría de 128 diputados para ocupar el cargo de jefe de Estado.
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