De acuerdo con la convocatoria del Servicio Nacional de Migración(SNM), las acciones operativas se presentarán en conferencia de prensa, una decisión que para algunos medios informativos se adopta luego que el ministro de Seguridad, Juan Manuel Pino, aseverara que varios países emisores suramericanos dieran la espalda a esta crisis.
Recientemente Panamá lanzó la campaña comunicacional “Darién no es una ruta, es una jungla”, lema que encabezará los nuevos planes, incluido el reforzamiento de los estamentos de seguridad en el vasto territorio de 575 mil hectáreas.
Delegaciones de Panamá y Costa Rica, en encuentros bilaterales recientes en la ciudad de David (Chiriquí) también abogaron por una mejor administración de los flujos migratorios que evite, por ejemplo, la llegada de hasta cinco mil personas por día a territorio istmeño, una visión que choca con la de libre tránsito que tiene Colombia.
En lo que va de año, han llegado a Panamá casi 350 mil migrantes irregulares, según estadísticas oficiales, en su mayoría venezolanos, ecuatorianos y haitianos, en ese orden.
Preocupa en particular a organismos internacionales y al Gobierno el tránsito por la inhóspita selva de familias enteras y sobre todo un cinco por ciento de menores de edad, un trayecto de 266 kilómetros en el que enfrentan los peligros naturales y el acoso de bandas criminales que controlan esos flujos.
Al respecto, la directora del SNM, Samira Gozaine, adelantó en agosto último que la situación sobrepasa a la gestión de las autoridades locales, de ahí la necesidad de evaluar medidas entre ellas endurecer multas o el uso de vuelos chárter para devolver a los migrantes irregulares a sus respectivos países, aunque esto dependía de coordinaciones diplomáticas.
También comentó que es preocupante la cantidad de infantes que se están atendiendo en los refugios.
Agregó que no hay nada de “humanitario” en que se permita este flujo irregular de seres humanos en donde se dan violaciones a mujeres, niños y hombres, donde les roban y los violentan, “nos hemos quedado solos”, remarcó.
Gozaine explicó que en el año 2016 se reportó el paso de 25 mil 407 migrantes irregulares y para este año ya se han desplazado más de 320 mil por Darién con una proyección que puede alcanzar el medio millón de personas en diciembre próximo.
Para la funcionaria, no se trata de una movilidad humana forzada, sino que les venden a personas el sueño americano y les dicen que es fácil pasar de frontera a frontera, porque están protegidos por derechos humanos muy mal entendidos y que los países no los podemos detener.
Otros funcionarios han descartado la versión de que Panamá podría cerrar sus fronteras, una medida compleja debido al centenar de trochas que tiene la selva de Darién.
Por otro lado, en diversos foros, el Ejecutivo ha explicado los esfuerzos para tomar datos biométricos y ofrecer atenciones de salud, alimentación y alojamiento en estaciones receptoras y también en las comunidades indígenas con un costo que supera los 70 millones de dólares en los últimos años, algo insostenible para su economía.
Para el ministro Pino, los caminantes utilizan la inhóspita vía selvática para el cruce hacia Costa Rica, pero desinformadas de los riesgos a los que se someten, en su mayoría engañados por mensajes de éxito en redes sociales y de los coyotes o traficantes de personas que los extorsionan, como parte del negocio de bandas asociadas al crimen organizado.
Por su parte, la canciller panameña, Janaina Tewaney, anunció en diálogo con periodistas que se prevé una reunión en el marco del 78 periodo de sesiones de la Asamblea General de ONU entre el presidente de la República, Laurentino Cortizo; y su par colombiano, Gustavo Petro, el próximo martes, en la que no se descarta que el tema migratorio sea uno de sus ejes.
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