En un mensaje divulgado aquí, el titular de ONU calificó el cuartelazo, encabezado por Augusto Pinochet, como «un quiebre institucional que rompió los lazos de convivencia y marcó a generaciones de chilenos y chilenas».
Sin embargo, agregó, esto también inspiró a muchos a luchar por la justicia y la libertad.
«El anuncio del plan de búsqueda de personas desaparecidas (en Chile) refleja la necesidad de continuar fortaleciendo la memoria histórica, como forma para unir a la sociedad y enfrentar tareas pendientes y problemas comunes con una mirada de futuro», añadió Guterres.
El alto representante recordó que el 50 aniversario coincide con los 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Este documento, añadió, debe servir de guía para escuchar a todas las víctimas y sus seres cercanos, reconocer su dolor, y contribuir a su derecho a la verdad, a la justicia, a la reparación y a la no repetición.
«El golpe y la muerte de Salvador Allende, siete meses antes de la Revolución de los Claveles, me conmovieron profundamente, al igual que las historias de chilenos perseguidos que conocí como refugiados», enfatizó.
La fecha, escribió, es de homenaje a las víctimas de ese período oscuro y a todas las personas que han trabajado incansablemente para sanar heridas y construir una sociedad más inclusiva y justa.
El golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 resultó en uno de los episodios más oscuros de la historia del país sudamericano.
Las víctimas de la posterior dictadura, encabezada por Augusto Pinochet, se estiman en más de 40 mil, entre asesinados, detenidos, desaparecidos y torturados, sin contar los más de 200 mil exiliados.
«En este aniversario, celebremos el compromiso chileno con la democracia y los derechos humanos y reafirmemos nuestra dedicación para construir un mundo más justo, solidario y pacífico», concluyó el secretario general.
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